Cuando decimos que todo cambio parte por casa, hablamos de una invitación a tomar, sin miedos, las riendas de nuestra vida y nuestras decisiones.
Cuando nos cuestionamos la casa en la queremos vivir, los materiales a usar y el impacto de estos en el ambiente y nuestra salud, lo que verdaderamente estamos haciendo es “ser conscientes” de un problema, el cual sabemos que podemos cambiar.
Cada una de nuestras acciones tiene consecuencias, lo sabemos racionalmente aunque muchas veces no nos damos cuenta del impacto de ellas.
Cada compra que realizamos, cada aplicación que decidimos utilizar es un voto. Al elegir algo, el mensaje (la consecuencia) a eso que apoyamos es: ok cuenta conmigo, yo apruebo lo que haces.
Tú, al igual que los más de 7.500 suscriptores que están leyendo mis boletines cada semana, estás apoyando mi trabajo, al suscribirte me dijiste: Igma, sigue adelante, yo te apoyo.
¡Aprovecho de darte las gracias por ello!
Pues bien, hoy no quiero hablar de casas saludables, quiero hab…
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