De forma paulatina las cubiertas vegetales o techos verdes van convirtiéndose en una alternativa real a las cubiertas convencionales debido a los grandes beneficios que presentan.
Tienen beneficios tanto a nivel económico, ecológico y social.
Una cubierta vegetal proporciona un amortiguador de agua de lluvia, purifica el aire, reduce la temperatura ambiente, regula la temperatura interior, ahorra energía y fomenta la biodiversidad en la ciudad.
Los techos verdes son parte de la construcción resistente al clima. Además, y no menos importante, nuestro cerebro reacciona mucho mejor en un entorno verde que en un entorno gris.
A modo general, podemos distinguir dos tipos de cubiertas vegetales, al cuales podemos agrupar en:
Cubiertas extensivas. Con un espesor total de unos 10 o 12 cm, la plantación de estas cubiertas es de escaso porte y bajas exigencias de riego tras su implantación (gramíneas, sedum, etc.)
Cubiertas intensivas. Su espesor suele rondar los 15 cm para permitir plantaciones de mayor variedad e interés paisajístico, aunque algunas especies vegetales pueden exigir espesores mayores. Ello se consigue a costa de un mayor mantenimiento.
Como regla general siempre es recomendable, antes de decidir el tipo de cubierta vegetal que vamos a construir, hacerse la siguiente pregunta: ¿Cuál el uso que le quiero dar a mi cubierta vegetal?
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Sesión 1: Cubiertas vegetales como estrategia de climatización
Definición y descripción de una cubierta vegetal. Conoceremos sus beneficios como una estrategia de bioclimatización. Cubiertas vegetales y su aplicación en diferentes contextos. Abalizaremos sus ventajas y desventajas.
Sesión 2: Diseño y construcción de una cubierta vegetal
Analizaremos las pendientes, orientaciones y ubicaciones de una cubierta vegetal. Consideraciones técnicas y estructurales. Conoceremos los componentes y sus funciones dentro del sistema. Veremos los detalles constructivos.
Sesión 3: Elección de la vegetación
Conoceremos cuál es la función de las plantas en una cubierta vegetal. Evaluaremos opciones de incluir sistemas de riego, re-utilización y captación de agua. Analizaremos cubierta vegetales livianas y cubiertas pesadas.
Sesión 4: Análisis de cubiertas vegetales construidas
Estudio de cubiertas vegetales construidas: posibles patologías y soluciones. Discusión de cada caso, conclusiones y recomendaciones, preguntas frecuentes.
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Función y capas de una cubierta vegetal
Es importante notar que lo relevante es entender las “funciones” que debe cumplir una cubierta vegetal. Luego, a partir del diseño y los materiales disponibles, las capas pueden variar y una capa puede cumplir una o varias funciones.
Con algunas variantes, la composición tipo de las cubiertas vegetales se puede descomponer en las siguientes capas, cada una de las cuales cumple con una función específica.
Soporte. Es el elemento constructivo estructural sobre el que se apoya el conjunto de la cubierta.
Impermeabilización. Lámina que impide la entrada de agua al soporte. Puede incorporar una protección antirraíces.
Drenaje. Cámara de aire que posibilita el libre paso del agua hasta los puntos de evacuación, evitando que se retenga en el sustrato.
Retención. Recoge parcialmente el agua en sus nódulos para prolongar la humectación del sustrato.
Filtrante. Retiene las partículas finas del sustrato dejando pasar el agua.
Absorbente. Retiene la mayor parte del agua para mantener húmedo el sustrato al liberarla más lentamente.
Sustrato. Es el soporte de la vegetación y su composición debe adaptarse a la elegida en función de sus requerimientos de acidez y nutrientes.
Protección del sustrato. Evita la pérdida de humedad del sustrato por excesiva insolación a la vez que limita el crecimiento de plantas adventicias y permite la captación de agua de rocío.
Plantación. Vegetación de la cubierta, elegida en función de las necesidades funcionales y de diseño.
Beneficios de una cubierta vegetal
Los beneficios de las cubiertas vegetales, a los que hacíamos referencia más arriba, se refieren tanto a aspectos medioambientales y energéticos como de la propia eficiencia en la gestión del agua, sin olvidar los económicos y sociales.
Veámoslos:
Regulan la cantidad y velocidad del agua de escorrentía superficial y del sistema de evacuación de aguas pluviales.
Proporciona espacio verde para el esparcimiento e, incluso, en función de su tipología, su aprovechamiento para el cultivo.
Absorben parcialmente algunos COVs (compuestos orgánicos volátiles), metales pesados, polvo y otras partículas contaminantes, mientras que la fotosíntesis de la vegetación reduce la concentración de CO2 en el aire.
Su cobertura vegetal genera oxígeno.
Reduce el efecto de isla de calor en ámbitos urbanos, tanto por la absorción de radiación que proporcionan como por el enfriamiento derivado de la transpiración de la vegetación.
La transpiración producida por la vegetación, la gran capacidad de acumulación de calor y la menor incidencia del viento de este tipo cubiertas permiten una reducción de consumo energético.
Aumento de la vida útil de la impermeabilización de la cubierta, que queda protegida de los cambios de temperatura, los rayos ultravioleta y otros procesos de degradación químicos y biológicos.
Proporcionan aislamiento acústico, especialmente en el rango de las bajas frecuencias.
En el contexto actual, las aportaciones de las cubiertas vegetales a la reducción del consumo energético son especialmente valoradas. Recientes investigaciones justifican su excelente comportamiento térmico en el comportamiento de la cobertura vegetal y el sustrato.
Según sus principales conclusiones, una densidad de vegetación elevada reduce hasta en un 60% las ganancias solares a través de la cubierta en comparación con sistemas convencionales.
En lo que refiere a cuestiones económicas, y aunque el precio de construcción de las cubiertas vegetales es en general elevado y fluctúa en función del tipo de vegetación o del sistema de riego, es fundamental valorar su período de amortización.
De acuerdo con algunos estudios la inversión puede recuperarse en torno a los 10 años (entre los 8 y los 21 años, según las distintas tipologías de edificios e hipótesis contempladas) si se tiene en cuenta el ahorro derivado en climatización y la mayor vida útil de este tipo de cubiertas (hasta 3 veces superior).
Una cubierta vegetal, es una excelente estrategia de climatización, tanto en una vivienda como otras edificaciones, ya que sus beneficiosos efectos tienen también impactos urbanos favorables.
A su reconocida eficiencia, suman belleza y simplicidad, lo cual motiva que sean aceptadas y empleadas de manera creciente.
Por su versatilidad, resultan efectivas tanto en climas cálidos como fríos, por lo que son viables de implementar en diversos lugares del Planeta.
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Fuentes consultadas:
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