#95 Jardines de lluvia
La alteración del clima, uno de los síntomas más claros de la sobreexplotación del planeta, está modificando gravemente el ciclo hidrológico.
La reducción de las masas forestales acrecienta la disrupción de este ciclo, cuyos resultados se hacen evidentes en la frecuencia y cantidad de las precipitaciones.
Mientras en algunos puntos del planeta asistimos episodios de lluvias torrenciales en otros se sufren sequías desconocidas, causando en ambos extremos situaciones de penuria en las que los suelos van perdiendo su capacidad de retención de agua.
La gestión de ambas situaciones pasa por permitir la infiltración pausada de las lluvias, dirigida hacia canales de drenaje, cultivos, acuíferos… que permita reestablecer cierta regularidad en el ciclo del agua.
Jardines de lluvia
Sin embargo, especialmente en entornos urbanos, pero no sólo, la superficie impermeable constituida por pavimentos duros y cubiertas impide recolectar la lluvia o reducir su escorrentía.
Los jardines de lluvia, junto con los pavimentos permeables, las cubiertas vegetales, los sistemas de recuperación de aguas pluviales y el manejo natural del suelo, son herramientas de las que disponemos para paliar la situación.
Los jardines de lluvia (o rain garden) actúan como pequeños bosques, recogiendo, absorbiendo y filtrando el agua procedente de áreas impermeables.
En esencia se trata de depresiones poco profundas del terreno que posibilitan una rápida absorción del agua (en 1 o 2 días), acogiendo a una amplia variedad de plantas resistentes y adaptadas a ese entorno.
Beneficios de los jardines de lluvia
Estas son algunas de las ventajas o servicios ecosistémicos del uso de este tipo de jardines:
Minimiza las posibles inundaciones y desbordamientos de los sistemas de recogidas de aguas pluviales
Reduce la erosión por escorrentía de los suelos poco permeables
Filtra contaminantes del agua antes de que llegue a cursos o masas de agua
Permite la recarga de acuíferos
Proporciona un hábitat apto para fauna y microfauna
Formación recomendada
“El saneamiento ecológico considera las aguas residuales y las excretas humanas no como un desecho, sino como un VALIOSO RECURSO, devolviendo los nutrientes contenidos en nuestras excretas a los ecosistemas terrestres con el fin de ser aprovechados para la producción agrícola.“
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INICIO DEL CURSO: 7 DE JUNIO - DOCENTE: IGMA PACHECO
Sesión 1: Diseño y cálculo de una fosa séptica de doble cámara.
Componentes de un sistema de saneamiento (abastecimiento, desagüe, ductos, diámetros, cajas y cámaras de inspección, desgrasadora, etc.). Distintos modelos de fosas sépticas (ventajas y requerimientos). Cómo se calcula una fosa séptica de doble cámara.
Sesión 2: Diseño y cálculo de un humedal de flujo sub-superficial.
Principios de funcionamiento. Componentes del sistema (profundidad útil, impermeabilización, medio filtrante, tipos de plantas, dispositivo de entrada, salida y limpieza). Cálculo y dimensionamiento de un humedal. Niveles de depuración de un humedal construido. Normativa existente y memoria técnica para su aprobación.
Sesión 3: Baños secos y filtros de aguas grises
El ciclo cerrados de los nutrientes. Aspectos fundamentales de su funcionamiento. Distintos modelos de baños secos, sus ventajas y limitaciones. Componentes y su funcionamiento. Manejo seguro de excretas (rutas y barreras) y su uso en la producción agrícola. Filtros de aguas grises (imprescindible al instalar un baño seco).
Sesión 4: Revisión de casos de las alumnas del curso
Responderemos todas las preguntas del curso, revisaremos los casos de los estudiantes y resultados de los ejercicios propuestos. Revisaremos la bibliografía del curso de acuerdo a cada caso en particular.
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Construcción de un jardín de lluvia
En el proceso de ejecución de uno de estos jardines, recorreremos, de una u otra forma, las siguientes fases:
Planificación
El primer paso es evaluar las áreas impermeables (tejados, patios, aceras, etc.) que pueden recoger el agua de lluvia y determinar qué fracción del agua recogida es posible captar para elegir cuál es la ubicación ideal del jardín y cómo haremos llegar el agua hasta él.
Las zonas próximas a las redes de saneamiento y otras instalaciones, a los cimientos de las edificaciones, a zonas de poco drenaje o pendientes pronunciadas no son recomendables para situar jardines de lluvia.
Después analizaremos la capacidad de drenaje del suelo, examinando su composición arenosa o arcillosa y comprobando la retención de agua al cabo de uno o dos días en un agujero cavado en el suelo.
El siguiente paso será calcular la superficie efectiva que pretendemos dirigir y drenar a través del jardín para, en función de la capacidad del drenaje del suelo y de la precipitación esperada, estimar la superficie del jardín.
En la elección de su forma se tendrá que cuenta que su funcionamiento es óptimo cuando se orienta siguiendo el contorno de la pendiente del suelo. Las condiciones particulares del espacio y los gustos personales terminarán de dar con el diseño final.
Construcción
Tras trazar sobre el terreno el contorno del jardín comprobaremos que el agua recogida pueda llegar a él, bien a través de canalizaciones, zanjas o canales de drenaje.
A continuación excavaremos entre 25 y 30 cm y aprovecharemos esta tierra para nivelar el fondo y conformar una barrera de contención del agua en la parte baja del jardín en la que preveremos un aliviadero para el agua sobrante que prevenga la erosión del borde del jardín en el caso de lluvias intensas.
Si el suelo original no tiene un buen drenaje, puede reemplazarse por sucesivas capas del mismo mezclado con compost maduro.
Plantación
Aunque la creatividad es fundamental en esta fase, es conveniente tener presentes algunas pautas básicas:
Altura y anchura de las especies más frondosas que puedan bloquear vistas o puedan acercarse excesivamente a construcciones u otros elementos
Variedad y diversidad de especies, pudiendo incluirlas en varios estratos: árboles pequeños, arbustos, plantas herbáceas…
Dar prioridad a plantaciones autóctonas, más o menos resistentes a la sequía en función de su proximidad a la zona más húmeda del jardín
La plantación debe rematarse con un buen acolchado, por ejemplo de astillas de madera, de entre 5 y 8 cm.
Mantenimiento
Aunque están diseñados para precisar un mantenimiento mínimo, los jardines de lluvia requieren unas labores periódicas de riego, fertilización, desherbado y poda.
Especialmente durante los primeros 2 o 3 años de arraigo de las plantas es importante asegurar el riego en las temporadas más secas.
En suelos fértiles o corregidos con la aportación de compost, no sería necesario fertilizar, especialmente si se seleccionaros especies rústicas y resistentes.
Para evitar la competencia entre las especias plantadas y las adventicias, podemos desherbar, aunque no hacerlo no compromete el funcionamiento del jardín.
En cuanto a la poda, es preferible limitarse a intervenir de forma mínima y para asegurar que las zonas de entrada y salida de agua siguen cumpliendo con su cometido.
Referencias
Rain Garden. Handbook for Western Washington Homeowners. Washington State University Extension. Junio, 2007. Descargar desde aquí >
Bray, B., Gedge, D., Grant, G. y Leuthvilay, L. Rain Garden Guide. Reset Development. Descargar desde aquí >