#57 Aguas grises: un recurso olvidado
Cada año, el mundo pierde 24.000 millones de toneladas de suelo fértil y se calcula que la degradación de las tierras secas reduce el Producto Interior Bruto de los países en desarrollo hasta en un 8% anual.
El uso del agua ha venido aumentando un 1% anual en todo el mundo desde los años 80 del siglo pasado, impulsado por el aumento de la población, el desarrollo socioeconómico y el cambio en los modelos de consumo.
Más de 2.000 millones de personas viven en países que sufren una fuerte escasez de agua, y aproximadamente 4.000 millones de personas padecen una grave escasez de agua durante al menos un mes al año.
Según la Naciones Unidas, en 2025, dos tercios del mundo vivirán en condiciones de “estrés hídrico” con 1.800 millones de personas que experimentarán una escasez absoluta de agua.
Para 2030, casi la mitad de la población estará viviendo en áreas de altos niveles de estrés hídrico por escasez.
El deterioro de los recursos de agua resultantes se traduce tanto en términos de cantidad (acuíferos sobreexplotados, ríos secos, lagos contaminados) como de calidad (eutrofización, contaminación de la materia orgánica, intrusión salina).
El futuro inmediato acerca de la disponibilidad de agua necesaria para las personas y otros seres vivos es ciertamente preocupante.
Aprovechamiento de aguas grises
En este escenario, la reutilización de las aguas llamadas grises tiene el potencial de reducir el consumo total de agua potable, disminuyendo la demanda de aguas superficiales y subterráneas.
Estas aguas grises son aguas provenientes de las lavadoras, duchas, bañeras, lavabos y fregaderos, pero no de inodoros. Son aguas residuales que tuvieron un uso ligero, que pueden contener jabón, cabello u otras suciedades, pero que están suficientemente limpias para usos distintos del de agua de boca.
Un correcto diseño de sistemas de reutilización de aguas grises permite su gestión segura, conteniendo el posible riesgo de contaminación por agentes patógenos.
Un estudio sobre el aprovechamiento de aguas grises para su uso para riego realizado en California en 2012 y actualizado en 2013, encontró algunos datos interesantes:
El consumo de agua per cápita disminuyó en un promedio de 64 litros por día después de la instalación del sistema de aguas grises. Esto se traduce en un ahorro familiar promedio de unos 55.000 litros al año.
Las aguas grises no afectaron negativamente ni al suelo ni a la salud de las plantas.
La calidad de las aguas grises era adecuada para el riego de plantas a largo plazo, siempre y cuando el hogar usara productos sin compuestos de sodio o boro.
El 99% de los usuarios del sistema estaban satisfechos con sus sistemas.
Aunque la gente hizo muy poco mantenimiento de sus sistemas, no se desarrollaron problemas importantes. Sin embargo, más educación y algunos cambios en el diseño pueden mejorar el rendimiento de los sistemas de aguas grises y evitar posibles problemas.
Según otros estudios la reutilización de aguas grises supone otros beneficios añadidos:
Disminuir el uso de agua potable de 16% a 40%, dependiendo del sitio y el diseño del sistema.
Disminuir el importe de los recibos de agua y la factura por gestión de aguas residuales.
Diversificar los suministros de agua municipales y proporcionar una fuente alternativa de agua para riego, reservando el agua tratada para necesidades de más alta calidad.
Reducir las necesidades de energía y químicos usados para tratar las aguas residuales.
Fomentar la concienciación acerca de las fuentes de suministro de agua.
Frente a las obvias ventajas de la propuesta, algunas ideas preconcebidas, originadas a partir de finales del siglo XIX, impiden la normalización de las soluciones para la implantación de sistemas de saneamiento ecológico.
Formación recomendada
En el curso se estudiarán todos los elementos que conforman un sistema de saneamiento ecológico (desde el inodoro, recolección y almacenamiento, sistema de tratamiento y el re-uso o disposición final de los efluentes). Aprenderemos a calcular, diseñar, mantener y monitorear 4 tecnologías: Fosa sépticas de doble cámara, humedales construidos, filtros de aguas grises y los baños secos ecológicos.
INICIO DEL CURSO: 1 DE JUNIO - DOCENTE: IGMA PACHECO RIVAS
Sesión 1: Diseño y cálculo de una fosa séptica de doble cámara
Componentes de un sistema de saneamiento (abastecimiento, desagüe, ductos, diámetros, cajas y cámaras de inspección, desgrasadora, etc.) Distintos modelos de fosas sépticas (ventajas y requerimientos). Cómo se calcula una fosa séptica de doble cámara..
Sesión 2: Diseño y cálculo de un humedal de flujo sub-superficial
Principios de funcionamiento. Componentes del sistema (profundidad útil, impermeabilización, medio filtrante, tipos de plantas, dispositivo de entrada, salida y limpieza). Cálculo y dimensionamiento de un humedal. Niveles de depuración de un humedal construido. Normativa existente y memoria técnica para su aprobación.
Sesión 3: Baños secos ecológicos
El ciclo cerrados de los nutrientes. Aspectos fundamentales de su funcionamiento. Distintos modelos de baños secos, sus ventajas y limitaciones. Componentes y su funcionamiento. Manejo seguro de excretas (rutas y barreras) y su uso en la producción agrícola.
Sesión 4: Revisión de casos de las alumnas del curso
Responderemos todas las preguntas del curso, revisaremos los casos de los estudiantes y resultados de los ejercicios propuestos. Revisaremos al bibliografía del curso de acuerdo a cada caso en particular.
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Rompiendo algunos prejuicios
La historia del saneamiento moderno es la crónica de la resolución de los problemas originados por cada una de las soluciones aportadas hasta ese momento.
La visión predominante detrás de esta escalada de soluciones que encerraban el germen un nuevo problema se asentaba sobre la base de que para proteger el medio ambiente era necesario depurar las aguas usadas.
El análisis de la calidad actual de nuestras aguas desmiente claramente este principio hasta el punto de poder afirmar que la realidad es precisamente la contraria.
La aparente simplificación técnica de la recogida y tratamiento de las aguas usadas mediante la agrupación de aguas grises y negras en colectores únicos universalizó la solución de realizar vertidos a vías de agua superficiales que elimine de la vista el problema sin pensar en las consecuencias.
En especial a partir de la generalización del inodoro doméstico, se abandona la gestión selectiva de cada tipología de agua usada y, en consecuencia, se dejan de lado las técnicas de prevención de contaminación en origen.
La composición de las aguas usadas cambia drásticamente a partir de este momento y el argumento higienista del peligro fecal se convierte en un dogma que no impide, sin embargo, la contaminación sistemática del agua gris por parte de la materia fecal, extendiéndose la idea de que todas las aguas usadas son igualmente portadoras de potenciales riesgos sanitarios.
La imposición de la creencia de que todos los usos domésticos requieren un agua de la máxima calidad es la conclusión final de esta cadena de postulados que sistemáticamente ha ignorado el funcionamiento mismo de los ciclos naturales del agua.
Claves para el tratamiento selectivo de aguas grises
Algunos datos analíticos aportan las claves para comprender la pertinencia del tratamiento separativo de aguas grises y negras:
El nitrógeno es el elemento contaminante clave de las aguas.
El 98% del nitrógeno contenido en las aguas usadas domésticas proceden de los inodoros.
Las heces representan el 1% del volumen de las aguas usadas.
La conclusión es clara: en ausencia de aguas negras, la infiltración de las aguas grises no suponen aportaciones significativas de nitrógeno a las aguas superficiales ni subterráneas. Los contenidos de patógenos o de residuos de medicamentos son igualmente mínimos.
Por otra parte, las macromolécuas orgánicas de jabones y detergentes contenidos en las aguas grises, una vez infiltradas son adsorbidas por el suelo y descompuestas por la flora bacteriana, mientras que los fosfatos y sulfatos son apenas solubles y no llegan a la capa freática.
Si bien es cierto que algunos compuestos contenidos en productos domésticos de limpieza que pueden llegar a las aguas grises son problemáticos para el medio ambiente, no lo es menos que la solución definitiva pasa por abandonar su uso, eliminando desde su origen la causa de la contaminación.
Los ensayos de laboratorio han demostrado igualmente que el trasiego de aguas grises a través de apenas unos centímetros de suelo es suficiente para conseguir aguas limpias y sin olor gracias a la variedad de la microfauna y microflora del suelo vivo.
Sólo una precaución es necesaria: impedir la colmatación del suelo para garantizar el proceso. Para ello, un pre tratamiento anaeróbico mediante la retención del agua gris en una fosa séptica durante 3 o 4 semanas es suficiente para reducir la carga contaminante a valores inferiores a los exigidos por las normativas.
Emulando los procesos naturales
Una breve recapitulación de lo dicho permite extraer como colofón que, bien manejadas, las aguas grises son un recurso valioso.
Los nutrientes que contienen, contaminantes en contacto con vías de agua, son fertilizantes seguros para nuestros suelos.
El ahorro de agua y de dinero que supone su reutilización evita la contaminación de los cuerpos de agua y visibiliza el ciclo del agua.
Desde el tratamiento de predigestión en una fosa séptica hasta el recorrido para su infiltrado en el suelo, los sistemas de saneamiento ecológicos constituyen verdaderos sistemas de transición entre los ecosistemas terrestres y los acuáticos que replican los procesos que la propia naturaleza ha empleado durante milenios.