El cambio parte por casa, es un llamado a la acción y a tomar, sin miedos, las riendas de nuestra vida. Es a la vez un llamado a cuidar el lugar físico donde vivimos y entender que es mucho más que un objeto construido.
El cambio me parece un estado constitutivo de la naturaleza y por tanto de nosotros/as mismos/as. El que las cosas, aparentemente, no cambien depende del tiempo en que se miren.
Todo se mueve, algunas cosa lo hacen en cuestión de segundos, otras en 24 horas, 365 en días, siglos o millones de años.
Respecto a la casa, podríamos decir que esta refiere al cobijo, un lugar donde nos sentimos cuidados. La placenta ha sido, posiblemente, nuestra gran casa, un lugar que posibilitó que todo sea lo que es.
Por otro lado, hay que reconocer que existe un trayecto entre el cambio y la casa (la vida misma transcurre en este camino) y que, posiblemente, constituye una de las experiencias más lindas de toda persona: me refiero al viaje.
Todo cambio nos invita a un viaje y todo viaje precisa tiempo.
El adoptar un hábito, abandonar una antigua creencia, sacarnos la máscara y despedirnos del personaje que hemos sido son ejemplos de que el cambio posee distintas dimensiones y que es siempre un proceso muy personal.
Decir que el cambio parte por casa es decir que el cambio parte por uno/a mismo/a. Que somos nosotros/as, de manera consciente, los/as llamados/as a cambiar nuestro rumbo.
Y hay que dejarse llevar por la vida, confiar en la vida, seguir el instinto y saber que el viaje está lleno de hallazgos; no se trata de salir a buscar cosas, más bien son las cosas las que nos aparecen como si se tratase de un regalo de la vida.
Y aquí el viaje, que en última instancia es un viaje interior, no es más que la vuelta a casa.
Y con respecto a las casas, como arquitecto y habitante de muchas de ellas, he reflexionado lo siguiente:
"Quizás podríamos decir que una vivienda tiene una parte espiritual y otra material. La espiritual la llamamos hogar y tiene que ver con el amor, los hijos, la muerte y los lazos emocionales que establecemos con quienes elegimos estar muy cerca. La parte material la llamamos casa y me gusta entenderla como una maquinita eficiente, como un sistema interconectado o un engranaje. Ambas dimensiones de una vivienda merecen ser cultivadas."
Toda persona que ha construido o cultivado un hogar sabe de lo que hablo. Hay en la propia experiencia de construir y cuidar un hogar algo no material. Algo más profundo que incluso a veces nos hace aferrarnos al objeto construido.
Una hogar oscila siempre entre esas dos dimensiones: la material y la emocional.
Últimamente hemos pasado mucho tiempo en nuestros hogares y cada cual ha experimentado diversas emociones. Para algunas personas ha sido un reencontrarse consigo mismas y hay otras que solo quieren escapar de ese lugar.
Cuando solo vemos el hogar como objeto construido, como un buen material (que lo es) perdemos, quizás, la parte más significativa del hogar.
Ver la casa como un lugar que sana, preocuparse por los materiales que la componen, mimarla como si de una hija se tratase, seguramente nos llevará a tener una vida más saludable.
Cambiando la forma y el fondo
Debido a la pandemia, todos/as hemos pasado mucho tiempo en nuestros hogares, en nuestras casas, y seguro hemos experimentado muchas cosas: cosas profundas y también cuestiones muy prácticas.
Respecto al hogar (el fondo) posiblemente nos hemos cuestionado:
¿Me agrada pasar mucho tiempo con mi pareja o mis hijos/as? ¿Disfruto jugar con mis hijos/as?
¿Realmente me gusta el trabajo que realizo?
¿Disfruto el trabajar en casa?
¿Que cosas he descubierto o aprendido, de mi mismo/a, estando más tiempo en casa?
¿Extraño mis reuniones sociales, amigos/as o compañeros/as de trabajo?
Seguro las preguntas son tantas como personas haya. Lo cierto que es no ha habido nadie que no se haya cuestionado algo de su vida en los último meses.
Dicho sea de paso, cuestionarnos nuestra manera de vivir, pensar y de sentir, me parece un ejercicio muy saludable.
Respecto a la casa (la forma) posiblemente nos hemos cuestionado:
¿Me gusta mi casa tal cual está? ¿Qué reformas necesito o me gustaría hacer?
Ahora que trabajo en casa… ¿Tengo un espacio para trabajar de manera cómoda y saludable?
¿No es muy grande mi casa para las necesidades que tengo?
¿Es de buena calidad el aire que respiramos al interior de nuestra casa?
¿Será tiempo de cambiar algunas cosas?….
Los micro-cambios o micro-reformas (como las llamo) son actividades de bajo costo, entretenidas y que puedes llevar adelante por ti mismo/a e involucrar a toda la familia y amigos/as.
Quería compartir contigo esta reflexión para animarte a buscar nuevos conocimientos, experiencias y buenos consejos para planificar, diseñar y construir Casas Saludables y Eficientes.
Me gusta mucho como ordenas tus reflexiones :)
Excelente información!!!